LA MEDALLA DE ORO DE CIUDAD REAL DE LA VIRGEN DEL PRADO
Cuando la imagen de la Santísima Virgen del Prado es bajada a su paso todos los nueve de agosto, podemos apreciar prendidas en su manto varias joyas y medallas. Una de las medallas que luce la Virgen, es la Medalla de Oro de la ciudad, impuesta a nuestra querida patrona el 15 de agosto de 1943.
La Medalla de Oro de Ciudad Real, es una de las distinciones honorificas con que cuenta nuestro Excelentísimo Ayuntamiento, dentro de su “Reglamento de Honores y Distinciones”, y fue creada en el año 1926 destinada a premiar merecimientos y servicios relevantes, contraídos por actos destacados, a personas físicas o jurídicas que redunden en beneficio moral o material de España, de la ciudad o de los establecimientos benéficos que de ésta dependan.
La concesión de la Medalla de Oro a la Virgen del Prado, fue una iniciativa del diario “Lanza”, quien publicó el 9 de junio de 1943 una nota en su página número 2, en la cual pedía la concesión de la medalla, uniéndose enseguida a esta petición varias asociaciones religiosas de la ciudad, como los Congregantes Marianos o el Consejo de los jóvenes de Acción Católica de la Diócesis. Por este motivo el Ayuntamiento en su sesión ordinaria del 15 de julio del año citado con anterioridad, acuerda iniciar las gestiones para la concesión de la medalla, manteniendo una reunión el entonces alcalde accidental de Ciudad Real, D. Fernando Bustamante García, con el director del diario Lanza y el Hermano Mayor de la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado, en la cual se acuerda realizar una suscripción popular para costear la medalla.
El diario Lanza, el martes 27 de julio de 1943, publica una nota en la cual se informa que quedaba abierta la suscripción popular en el Ayuntamiento. La nota decía lo siguiente: “A partir de hoy, y en la Depositaría de este Ayuntamiento, queda abierta la suscripción para adquirir cien gramos de oro (de 18 quilates) con destino a la confección de la Medalla.
Los donativos pueden hacerse bien en oro o bien en metálico. Se ruega a las personas que tengan intención de contribuir con oro lo hagan lo más rápidamente posible, por los escasos días que quedan para la fecha señalada.
La suscripción en metálico no podrá rebasar las cinco pesetas por persona, con el fin de que todo el pueblo de Ciudad Real pueda honrar de esta manera a su Patrona.
Si se reuniese el oro suficiente para la medalla, el coste en metálico sería de unas 1.500 pesetas. De lo contrario, la suscripción habría de llegar a las 4.000 pesetas”.
- Juan Bautista Gil Hidalgo, Secretario de la Ilustre Hermandad de la Virgen, fue la persona que realizó las gestiones para confeccionar la medalla en la “Casa Navas” de Madrid, que tenía su establecimiento en la calle Carmen, 17. Esta la realizó por un importe de 3.700 pesetas, en oro de ley de 18 quilates, con un peso aproximado de 70 gramos. En el anverso lleva el escudo de Ciudad Real cincelado y esmaltado, y en el reverso la siguiente inscripción: “OFRENDA AYUNTAMIENTO CAPITAL CON COOPERACIÓN DIARIO LANZA E ILUSTRE HERMANDAD. SUFRAGADA POR SUSCRIPCIÓN POPULAR. 15 DE AGOSTO DE 1943”. La medalla llevaba un pasador de oro, cordón en seda de primera y cordoncillo de oro.
El diario Lanza fue publicando los donativos que se consiguieron para realizar la medalla, tanto de particulares, entre los que destacaba el del Obispo-Prior de entonces, D. Emeterio Echeverría y Barrena, como de instituciones e incluso el desaparecido regimiento de artillería aportó su donativo. La recaudación total ascendió a 3.673, 85 pesetas y unos 20 gramos de oro, por lo cual la suscripción pago en su integridad la medalla.
Esta le fue impuesta a la Virgen el domingo 15 de agosto de 1943, en el transcurso de la procesión del día de la Virgen, en la entonces Plaza del Generalísimo, hoy Plaza Mayor abarrotada de fieles, por el Obispo-Prior. El paso de la Virgen se detuvo en la terraza del viejo ayuntamiento, donde el alcalde pronuncio las siguientes palabras:
“¡Santísima Virgen del Prado! Patrona de Ciudad Real
Heme aquí en vuestra divina presencia con el mejor cometido que nunca pude soñar en el desempeño de mi cargo.
Vengo Santísima Virgen a ofrendaros esta Medalla de la ciudad en nombre de todos vuestros hijos. No veáis por ello, el valor, que bien poco es para quien todo lo merece, apreciar la alta significación de este homenaje, como prueba evidente de religiosidad, amor y veneración.
¡Virgen del Prado! ¡Madre nuestra! Tu bondad infinita hace en medio de las tribulaciones de la hora presente para el mundo, que nosotros podamos dedicaros en absoluta paz y tranquilidad nuestras mejores oraciones.
Haced que todos tengamos presente esta circunstancia, para que en agradecimiento hagamos nuestros mejores votos de que nuestras actividades se encaminarán al mejor servicio de Dios y de la Patria.
Derrama ¡Santísima Virgen!, todas las gracias sobre tu pueblo de Ciudad Real, sobre España y protege a nuestro invicto Caudillo Franco, salvador de la Patria, para que con mano firme y justiciera la conduzca por el camino del engrandecimiento.”
Acabada la imposición de la medalla, la procesión siguió su discurrir y desde aquel ya lejano 15 de agosto de 1943, hace ahora setenta y tres años, la Virgen del Prado luce en su manto todos los años, la Medalla de Oro de Ciudad Real, que un día los ciudadrealeños quisieron regalarle como muestra de amor y veneración.