Excelentísimas autoridades civiles, militares y religiosas. Representantes legales de los distintos ámbitos locales y provinciales. Presidente y Junta de Gobierno de la Real e Ilustre Hermandad y Corte de Honor de Nuestra Señora del Prado Coronada. Estimado Exaltador de Nuestra Señora del Prado 2024. Querida y amada familia, amigos, Hermanos y Devotos de la Virgen del Prado. Señoras y señores.
Antes de comenzar y con vuestro permiso, quisiera hacer un par de menciones especiales. Por un lado a la Junta de Gobierno de la Virgen del Prado, por su confianza en mí y muy especial a su Presidente, con el que en este tiempo he podido compartir y vivir grandes momentos en torno a la Virgen. Por otro lado a mis dos Juntas de Gobierno actuales de las que soy Secretario: La Hermandad de Nuestra Señora de la Paz de Corral de Calatrava, por acompañarme y trasladarse a la ciudad en una tarde tan importante para mí y a la Hermandad de la Flagelación de Ciudad Real. Gracias de corazón.
La fecha del 12 de septiembre de 2023 sin duda quedará grabada en mi corazón para siempre, cuando una llamada telefónica de Jesús González, el Presidente de la Hermandad, puso la primera piedra de este largo camino que hoy toca su fin. Hoy y de forma anecdótica te reconozco, cosa que nunca te había confesado antes, que no te respondí por miedo, dejando sonar el móvil al tiempo que en voz alta exclamé: La Virgen del Prado. Pero tu insistencia fue la que hizo que entendiese que era Ella la que me llamaba y recibí entonces tu gran noticia: te llamo para comunicarte que la Junta de Gobierno de la Hermandad ha decidido por unanimidad proponerte como cartelista del próximo año. Mi respuesta fue rápida: cuenta con ello Jesús, que Ella me ayude, espero estar a la altura.
Automáticamente pensé: cómo uno de pueblo, corraleño, que no ha nacido ni crecido con esta devoción a la Virgen del Prado y contando solo con dos años de Hermano, puede plasmar todo el amor de una ciudad entera y más allá de ella. Me invadió la responsabilidad, pero de igual forma la tranquilidad, ya que por suerte siempre me he rodeado de muy buena gente y grandes embajadores del Prado. Debía plasmar todo lo que me transmitieron siempre, pero sobre todo y desde el respeto: cómo la he vivido yo en estos años.
A partir de ahí cada día tengo más claro que fue Ella quien marcó el curso de todo, el inicio, el fin, los imprevistos, los parones, los desvelos, las noches largas de borrones y vuelta a empezar o algún que otro tono rebelde que en sus cuentas está, pues no sería el momento. No creo en las casualidades y la Virgen así me lo demuestra. Han sido sin duda meses de intenso trabajo frente a un lienzo, de compañía, de enseñanza, de confidencias, pero sobre todo de amor a la Madre de Dios.
Y con ello hoy desde el más absoluto respeto y siendo consciente de la repercusión de este trabajo, os traigo, Ciudad Real, una representación de lo que vivo, siento y cómo entiendo la devoción a la Virgen del Prado.
La obra realizada en técnica mixta sobre lienzo, mide 100 x 130 cm, siendo utilizados en su creación acrílicos y óleos, con una mezcla de diferentes estilos entre los que predomina el realista.
En un primer análisis, la Imagen de La Virgen del Prado y el Niño próximos a la ventana del Camarín, ocupan el tema principal de la composición. El Camarín, seña de identidad y medio de unión con la Virgen, nexo entre el exterior y el interior, sitio de peregrinaje del ciudadano de a pie que va a su encuentro a cualquier hora del día y de la noche. Lugar de encuentro con amigos en torno a Ella en ocasiones especiales y reencuentros tras etapas duras de nuestra vida marcados por la distancia como la reciente pandemia.
La obra nos ofrece en este caso una visión interiorizada de la gran devoción de la ciudad a través de su reja, nos lleva a contemplar la mirada de la Madre a su pueblo, siendo Ella la que realiza el gesto de contemplación, custodia, peregrinar y encuentro con sus hijos como Madre que es, incansable de esperar y poniendo imagen a la letra del himno de la Pandorga: Se ve la Patrona que al Prado se asoma, por su mirador.
La imagen de la Virgen y el Niño en su perfil izquierdo, hasta ahora no representado en pintura, inmortaliza también esa primera vista de quien ha tenido la suerte de atravesar la puerta estrecha de su Camarín. Vestidos con ajuar de salida, parte del terno de la Virgen ha sido modificado ligeramente en su color a un azul celeste, en alusión al dogma de la Inmaculada Concepción de María.
A la izquierda, la reproducción exacta de la vidriera de una de las hojas de la ventana del Camarín abre un horizonte en blanco, sin colores, evocación al recuerdo, a nuestros ausentes, un espacio reservado a la intimidad de cada devoto de la Virgen que puede ser pintado con la paleta más pura de color, el corazón.
Toda la escena es representada sobre un fondo liso en verde esmeralda, la esperanza, ese sentimiento de hacer posible lo que se desea cuando desde el Paseo del Prado sus fieles visitan el Camarín, gesto de amor identificativo e incondicional a la Patrona. Verde y esperanza que anuncia el jubileo con el que terminaremos el año con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el mes de diciembre.
La obra abre un segundo campo en su parte inferior, donde un nardo blanco, flor típica de la Virgen, adorna su nombre.
En tonos azules, pureza y virginidad, y usando el añil manchego en técnica de monocromía, se cuenta y representa letra a letra y dentro de éstas, la esencia y el fervor a la Madre de Dios en Ciudad Real:
P: Peregrinación. A través de la Cruz del Mártir D. Narciso Estenaga, lugar de inicio de las primeras peregrinaciones, queda reflejada la promesa de los más de 1500 caminantes en la noche del 14 al 15 de agosto desde varios puntos de la provincia.
R: Rezo. Donde unas envejecidas manos que sostienen una estampa de la Virgen del Prado, gesto real e inmortalizado de una de mis pacientes del Centro de Respiro Alöis Alzheimer, nos traen a la memoria a los más necesitados, los enfermos, la Caravana Blanca del 13 de agosto.
A: Aparición. Es la silueta de la Patrona de la Ciudad en una encina, tal y como marca su leyenda la que refleja la festividad del 25 de mayo, día de San Urbano. Celebración del Santo Voto de la ciudad
D: Devoción. A través de una fila de Hermanos con cirio, en el paseo del Prado viajamos a cada día 15 y 22 de agosto, las salidas procesionales. Testimonio de Fe en las calles de Ciudad Real.
O: Ofrenda. Una media luna (símbolo mariano) y de la iconografía de la Virgen del Prado, acuna el tradicional pañuelo de yerbas que nos prepara para la ofrenda de flores y productos del campo cada 31 de julio, la Pandorga.
Con ello contemplaríamos en la casi totalidad lo que la Virgen del Prado es y cómo se manifiesta en su advocación. Quizá alguno ya esté echando de menos una fecha memorable, cálida del octavo mes del año, que entre ruido de cohetes nos da la bienvenida. Lejos de que tal día y tarde en concreto se escapase de esta muestra de fervor.
Un ocaso en tonos amarillos y anaranjados cierra el fondo de la composición anunciando que “el 9 de agosto a la puesta de sol, baja la Virgen al Altar Mayor”.
Muchas gracias y Viva la Virgen del Prado