Coronación Pontificia de la imagen de la Virgen

25.000 PERSONAS PRESENCIARON LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DEL PRADO

Ciudad Real vivió el domingo una jornada realmente grandiosa, con motivo de la coronación canónica de su Excelsa Patrona, Nuestra Señora del Prado. Unas veinticinco mil personas presenciaron la emotiva ceremonia, llenando por completo la Plaza del Generalísimo y buena parte de las calles de Carlos Vázquez, María Cristina y Mercado Viejo. El tiempo nublado y con ligero airecillo, contribuyó a hacer más tolerable la larga permanencia a cielo descubierto. Bandas de música recorrieron las calles de la capital, desde primeras horas de la mañana, dando a la jornada un carácter de día de autentica
fiesta.
A las diez y media en punto salió de la Santa Iglesia Prioral la procesión con la imagen de la Patrona, acompañada por su Ilustre Hermandad, Cabildo catedral y los cuatro prelados; el de Ciudad Real, doctor don Juan Hervás y Benet; el auxiliar de Toledo, don Anastasio Granados; el de Sigüenza-Guadalajara don Laureano Gastán, y el de Cruz Eje (Argentina), monseñor Pechuán. El hermano mayor, don Lorenzo Gómez Moreno, y el que lo será el año próximo, don Alfonso Navarro, portaban las coronas de la Virgen y el Niño en sendas bandejas.
Formaban en la comitiva religiosa la Banda Municipal de Ciudad Real y la Agrupación Musical de Torralba de Calatrava.

EMOCIONANTE ENTRADA EN LA PLAZA

La entrada de la carroza de la Virgen en el recinto de nuestra plaza mayor se hizo a las once menos cuarto de la mañana, entre la emoción y los vítores de la muchedumbre.
Las autoridades provinciales, con el gobernador civil, señor Rico de Sanz, y diversas personalidades ocupaban lugar destacado en el andén derecho de la plaza; las Corporación Municipal y Provincial y Consejo Provincial del Movimiento, presididas por los señores Martínez Gutiérrez, Aparicio Arce y Martínez Val, respectivamente, ocupaban asientos frente a la fachada del Ayuntamiento, así como la totalidad de los alcaldes de la provincia, invitados al acto por el Municipio de la capital; y en el andén izquierdo se hallaban “Dulcinea 1967” y sus damas de honor y la Ilustre Hermandad. El Cabildo y Clero se situó junto a la plataforma sobre la que fue subida la carroza. Entre
los invitados se hallaban también el orfebre de las coronas, señor Puigdollers, y el barítono hijo adoptivo de Ciudad Real, Marcos Redondo.
El público no cesó de vitorear y agitar los pañuelos desde que la Virgen entró en la Plaza hasta que dio comienzo la Santa Misa, a las once en punto, que concelebraron los cuatro prelados, el deán del Cabildo monseñor Rebassa; el mayordomo del camarín,arcediano de la S. I. P. monseñor Gómez Rico; el capellán de la Ilustre Hermandad, canónigo don Bartolomé Miquel; el arcipreste de Ciudad Real, Rvdo. D. Juan Becerra Buendía, en representación del Clero Secular, y el rector de los PP. Jesuitas, Rvdo. P. Wenceslao Sánchez, por las Órdenes Religiosas.
Al ofertorio, el hermano mayor y la presidencia de la Corte de honor, doña María Teresa Medrano, ofrendaron al oficiante las coronas de la Virgen y el Niño y “Dulcinea” las formas que iban a ser consagradas. En el momento de la comunión, lo hicieron, además de todas las personas citadas, el gobernador civil, señor Rico de Sanz y el alcalde, señor Martínez Gutiérrez, en representación de todo el pueblo congregado y con el fin de no alargar la ceremonia.
Terminada la Misa se dio lectura a la Bula Pontificia de Su Santidad Pablo VI, en la que otorga la coronación impetrada por el Prelado de la Diócesis Priorato, que fue acogida con grandes aplausos.

EMOTIVA ALOCUCIÓN DEL SEÑOR OBISPO

Seguidamente el Dr. Hervás pronunció la siguiente alocución:
Hermanos:
¡Ha llegado la hora!, la hora de todos tan deseada de la Coronación canónica de la Virgen Santísima del Prado.
La corona el Papa, que ha bendecido en reciente telegrama a todos los que asistan a la Coronación; la corona el Papa y, en su nombre, vuestro Obispo, acompañado de la  primera autoridad ciudadana.
La coronamos todos los presentes en un plebiscito de amor.
La coronan los ausentes que, desparramados por España, Europa o cualquier parte del mundo, la aman como Madre y hubieran querido estar aquí en el acto solemne de la Coronación.
La coronan también otros ausentes, los que ya murieron, los que invocaron tantas veces emocionadamente a la Virgen del Prado, y hubieran querido asistir a este acto grandioso, que le es dado contemplar a la generación presente.
En esta Corona están escondidos grandes tesoros: el sudor de nuestros trabajadores, las lágrimas de nuestras madres, las preocupaciones de los padres, los anhelos de la juventud, los destinos de nuestra ciudad, los desvelos de la autoridad; en una palabra, el amor de nuestro pueblo.
¡Todo nos parece poco para esta Excelsa criatura, que nosotros veneramos
filialmente en la imagen de la Virgen del Prado! Ella fue elegida para ser la Madre de Dios y, como Madre de la Iglesia, Madre nuestra amantísima; Ella ha sido, es y será siempre Abogada de los hombres, Auxiliadora en los peligros, Intercesora en nuestra debilidad, Mediadora de todas las gracias y bendiciones que, como rocío benéfico, descienden sobre nuestra tierra.
La Virgen del Prado está íntimamente ligada a la historia de Ciudad Real. Es gloria de nuestra Ciudad, alegría de los corazones, honor de nuestro pueblo.
Por eso queremos coronarla. ¡Es una íntima necesidad que todos sentimos de
mostrarle nuestro amor ferventísimo con este gesto sensible!

Esta Corona de ricos metales y piedras preciosas no tienen sólo un valor material;
lleva también los valores morales y espirituales de nuestro pueblo.
En la Corona va nuestra profesión de fe católica. ¡Creemos en Dios y en su plan de salvación del hombre! Creemos en Jesucristo, Salvador único del mundo; creemos en la sociedad visible que El fundó, en la Santa Iglesia, vivificada por el Espíritu Santo, gobernada por el Papa y los obispos, formada por todos los fieles, miembros vivos, conscientes y activos de una auténtica renovación cristiana, lo único que puede salvar al mundo de sus miserias y necesidades.
En la Corona va también nuestro compromiso firme, valiente y decidido de construir un mundo mejor, como lo quiere Dios; un mundo en que reine la justicia, dando a cada uno lo que le pertenece; un mundo en que gobierne el amor, supliendo los fallos de la justicia; un mundo en que impere la paz, camino verdadero de la tranquilidad en el orden y del humano bienestar.
¡Ha llegado ya el momento! ¡Vamos a coronar a nuestra Reina! Que Ella, a la vista de este amor que nos desborda, nos envíe, desde el Cielo, su entrañable y maternal bendición.
Terminó con un vibrante ¡Viva la Virgen del Prado!, que fue unánimemente
contestado por la multitud.

LA CORONACIÓN

Terminadas las palabras de Su Excelencia Rvdma. acogidas con una gran ovación por la muchedumbre, el Dr. Hervás y el alcalde de la ciudad subieron a la carroza para colocar  las coronas sobre las cabezas del Niño y la Stma. Virgen del Prado. Eran exactamente las doce y cuarto de la mañana. El momento fue de gran emoción y muchas personas no pudieron contener las lágrimas, mientras de miles de gargantas salían ininterrumpidos vítores, la Banda de Música municipal interpretaba el himno nacional y se disparaban gran número de cohetes, agitándose los pañuelos desde el paseo y las calzadas, balcones y azoteas, que estaban materialmente atestados. La muchedumbre cantó el himno a la  Patrona, como durante la Misa había cantado el himno eucarístico después de la elevación.

REGRESO AL TEMPLO

Seguidamente se organizó la procesión de regreso de la imagen, luciendo ya su rica corona, al templo, en la que formaron la Ilustre Hermandad, Cabildo y Clero, prelados oficiantes, Ayuntamiento en Corporación y bajo mazas con el pendón de la ciudad, que portaba el concejal señor Sánchez Ruiz, todos ellos de rigurosa etiqueta; seguían el Consejo Provincial del Movimiento, la Corporación Provincial y las autoridades y personalidades, entre las que se hallaban los ex-gobernadores civiles, señores Roldán Losada y Del Moral, el subdirector general de Arquitectura y el delegado provincial de Sindicatos de Barcelona, señor Navarro, así como don Blas Piñar, que había actuado de mantenedor en la fiesta celebrada el sábado en el Cervantes.
El paso de la comitiva religiosa fue acogido con grandes aplausos en honor de la Stma.
Virgen del Prado. La entrada, después de las doce y media, fue emocionante, entre volteo de campanas, disparo de cohetes y vítores ininterrumpidos de millares depersonas que se habían trasladado al paseo del Prado.

FINAL DE LOS ACTOS

Una vez situada la carroza con la Patrona, dando frente al altar mayor, y ante las dignidades eclesiásticas, autoridades y ciudarrealeños, que llenaban por completo el templo catedralicio, el gran barítono Marcos Redondo, acompañado al armonio por el Rvdo. Don Salomón Buitrago, entonó con magnífica voz, la plegaria a la Virgen, de Álvarez, escuchada por los varios miles de personas allí congregadas con gran emoción. Marcos Redondo fue presentado a los prelados que asistieron a las ceremonias de la Coronación y felicitado por éstos y monseñor Hervás Benet.
Después todos los fieles cantaron el himno a Nuestra Señora del Prado, dándose porterminados los actos de la Coronación. Antes el que fue gobernador civil de esta provincia, don Jacobo Roldán Losada, hizo entrega del bastón de mando, que le fueraregalado por la provincia, para el tesoro de nuestra Patrona, cuya imagen actual fuedonada por él.

Sobre la una de la tarde se dio fin a esta emotiva jornada que perdurará en la memoria de todos los hijos de Ciudad Real.

BANQUETE OFICIAL

El Ayuntamiento de Ciudad Real ofreció, a mediodía, un banquete oficial a las primeras autoridades, personalidades especialmente invitadas y alcaldes de los pueblos de la provincia, que asistieron a los solemnes actos de la Coronación de nuestra Patrona. El almuerzo tuvo lugar en Castillos Hotel.

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