Coronas - Entrevista Obispo II
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- Veo, señor Obispo, en su descripción, que vive todos los detalles de la Coronación como algo muy entrañable suyo. |
Ciertamente no podía ser de otra manera. No puedo contentarme con intervenir en la Coronación por razón del cargo y deseo poner también mi parte personal. |
- El señor Obispo pone algo muy importante para la Coronación: la iniciativa –que responde ciertamente a la aspiración de todo un pueblo-, y sus trabajos infatigables en honor de Nuestra Señora. |
Es cierto que he querido añadir un poco más. El Obispo de Ciudad Real fue el primero que tuvo el honor de pedir en pleno Concilio la glorificación de la Virgen Santísima como “Madre de la Iglesia”. Todos conocen también mi amor entusiasta a la Virgen del Prado. Pero he querido añadir una nota entrañable que estoy seguro agradará mucho a la Madre del Cielo y a los hijos que todavía vivimos en la tierra: he regalado a la Virgen del Prado dos anillos, el de mi madre y el mío. No sé si sabrá usted lo que se cuenta de San Pío X. Mostrándole su madre su anillo de bodas, y mirando después el anillo pastoral de su hijo, cuentan que le dijo estas palabras: “Sin este anillo, no tendrías el tuyo”. Le quería decir que él, ya Obispo, podía llevar el anillo pastoral por lo que le debía a su madre. Pues bien, el anillo de mi madre y el anillo pastoral de su hijo pasan a la propiedad de la Virgen del Prado, para colaborar en su Coronación. El anillo de mi madre está muy gastado. ¡Lo llevaron unas manos que trabajaron mucho por su esposo y por sus hijos! El anillo pastoral del hijo es más valioso que el de la madre, pero quiere fundir su oro para que, como un solo grano de incienso, perfume la coronación de la Madre del Cielo. El anillo pastoral es un regalo de católicos americanos. ¡Ambos oros, el americano y el español, el de la madre y el hijo, se fundirán en una sola plegaria en honor de la Madre de todos los hombres!.... Las nuevas coronas de la Virgen, del Niño y el rostrillo, las trajo a Ciudad Real provenientes de Madrid, el propio Obispo-Prior, D. Juan Hervás a finales del mes de abril de 1967, coronando pontificiamente la imagen de la Virgen del Prado el 28 de mayo del referido año. |